INTRODUCCIÓN A LA COCINA VEDICA VEGETARIANA

El vegetarianismo es desde el punto de vista védico, parte de algo más amplio: la manera natural de comer de aquellos que quieren sacar el mejor provecho a su vida humana. Si seguimos las enseñanzas védicas, ya sea para llegar a ser unos perfectos espiritualistas o, sencillamente, para purificar nuestros hábitos en el comer, seremos más felices y ayudaremos a reducir el sufrimiento del mundo en nuestro entorno.


Lo que distingue la cocina védica de las demás es la conciencia espiritual del cocinero, su conocimiento de que está preparando una ofrenda para Dios. En la mayoría de los sistemas religiosos, la gente le pide a Dios que les dé el pan de cada día, mientras que el devoto ofrece el pan de cada día a Dios, como una prueba de su amor por Él; y Dios le corresponde. En el Bhagavad-gita, una de las escrituras védicas, Sri Krisna dice que Él acepta una ofrenda vegetariana, aunque no sea más que una hoja, una fruta o un vaso de agua, si se Le presenta con devoción; y, debido a Su misericordia inconcebible, Él espiritualiza la ofrenda, probándola personalmente. Lo que era alimento ordinario, se transforma en krisna-prasada, misericordia de Sri Krisna. Y lo que hubiera sido una comida corriente se convierte en adoración, un intercambio de amor con el Señor. El efecto de comer prasada es diferente al de comer alimentos cocinados con un ánimo egoísta, por el placer del paladar, o para la subsistencia. Mientras cocinamos, pensamos en muchas cosas, pero normalmente, el complacer a Dios no es una de ellas. Y cuando un alimento es cocinado sin esa conciencia de Dios, los pensamientos materialistas del cocinero afectan sutilmente a quien lo come. Pero cuando comemos prasada, alimento preparado con devoción a Dios y ofrecido a Él con amor, nuestros corazones se purifican. Bhagavan dasa ha dicho al respecto: "Si se comen alimentos comunes, sólo se desarrollan intensos deseos de disfrutar de este mundo material; si se come prasada, a cada bocado, aumenta el amor por Dios.'' Naturalmente, no esperamos que todos nuestros lectores cocinen únicamente al estilo de la India. Aunque podamos creer que la cocina védica es exclusivamente india, el principio de ofrecer la comida a Krisna es trascendental a designaciones mundanas de ese tipo. Una receta no tiene por qué proceder de la India, mientras los ingredientes y su mezcla sigan los principios védicos. Por ejemplo, en Italia, donde la mayoría de nuestros devotos y amigos aprecian todavía su cocina, casi todas sus comidas incluyen un plato de pasta. El estilo, al cocinar, no es tan importante como la devoción a Krisna que lo acompaña. El término "cocina india usado en este libro, se refiere a la cocina védica y no a las diferentes escuelas de "pollo al curry. La carne prácticamente no se utilizaba como alimento en la antigua cultura védica. Ésta fue introducida en la India por los conquistadores extranjeros, especialmente los mogoles, que entraron a través de Persia en el siglo XVI, más tarde los portugueses, que reinaron en Goa durante cuatro siglos, y finalmente los colonizadores británicos. Pero a pesar de tantos siglos de dominación por parte de "consumidores de carne'', la India es todavía el hogar de un amplio número de vegetarianos. La India es, por tradición, vegetariana (a los consumidores de carne les llaman "no vegetarianos), porque su inmortal cultura védica nos enseña que toda vida es sagrada y que matar animales inocentes, sin ninguna necesidad, es una burda violación de las leyes de Dios. Todas las formas de vida animal y vegetal se ven forzadas por las leyes de la naturaleza a elegir el alimento siguiendo sus instintos; sin embargo el hombre, con su inteligencia desarrollada, al elegir su alimento puede tener en consideración principios espirituales más elevados. En sus escritos, Srila Prabhupada dice: "Aunque la ley (de la Naturaleza) dice que el ser humano debe subsistir de otros seres vivos, hay que tener en cuenta también la ley del sentido común, puesto que el ser humano debe obedecer las leyes de las escrituras. Esto es imposible para los animales. Los Vedas definen al verdadero vegetariano como aquel que no come ni carne, ni pescado, ni huevos. Los que se abstienen de la carne pero comen huevos o pescado, no son considerados verdaderos vegetarianos, porque están comiendo carne, aunque escondida, como en el caso de los huevos, bajo una capa de calcio. El que se haga vegetariano por la sola razón de no querer que se maten animales puede que no encuentre ninguna razón para rehusar los huevos no fertilizados; pero si aceptamos el punto de vista védico de que cualquier carne es inadecuada para el consumo humano, entonces sí tiene sentido el evitar los huevos, pues, fertilizados o no, no son otra cosa que los materiales reunidos para producir el cuerpo de los pollos. Los devotos de Krisna son vegetarianos en el estricto sentido védico de la palabra: no consumen ni carne, ni pescado, ni huevos. Algunos vegetarianos moralmente preocupados porque la industria láctea signifique un abuso a las vacas se abstienen no sólo de la carne, el pescado y los huevos, sino también de la leche y sus derivados. Los devotos de Krisna condenan todo abuso que se haga de los animales; pero, en vez de abstenerse tan sólo de la leche, que es considerada por los Vedas como esencial para el ser humano, demuestran su compasión de una manera positiva, enseñando el principio védico de la protección a la vaca, y beben, siempre que sea posible, leche de las granjas lecheras Hare Krisna, donde se protege y se ama a las vacas. Muchas personas se hacen vegetarianas movidas por diversas razones, pero por falta de información y de satisfacción, la mayoría regresan a sus hábitos previos. ¿Cuántos estudiarían la posibilidad de abandonar la carne, si conocieran una cocina más sabrosa y científicamente perfecta? Esperamos que ese toque mágico de la antigua India, que puede encontrar en este libro, le inspire a comprender que, por razones de salud, sabor y avance espiritual, no hay mejor manera de alimentarse que el comer alimentos ofrecidos a Krisna. Y no sólo es fácil, sino que además produce un gran placer.

El vegetarianismo es desde el punto de vista védico, parte de algo más amplio: la manera natural de comer de aquellos que quieren sacar el mejor provecho a su vida humana. Si seguimos las enseñanzas védicas, ya sea para llegar a ser unos perfectos espiritualistas o, sencillamente, para purificar nuestros hábitos en el comer, seremos más felices y ayudaremos a reducir el sufrimiento del mundo en nuestro entorno.

Vegetarianismo: un sendero hacia un fin más elevado Vegetarianismo: un sendero hacia un fin más elevado LA palabra vegetariano, acuñada por los fundadores de la Asociación Vegetariana Británica en 1842, procede de la palabra latina vegetus, que significa "completo, sano, fresco o vivaz.'' Por ejemplo, homo vegetus significa una persona vigorosa, física y mentalmente. El significado original de la palabra implica un equilibrado sentido filosófico y moral de vida, que va más allá de una mera dieta de verduras y frutas.

La mayoría de los vegetarianos son personas que han comprendido que, para contribuir a una sociedad más pacífica, primero debemos resolver el problema de la violencia en nuestros propios corazones. Por lo tanto, no es sorprendente que miles de personas, procedentes de diferentes senderos de la vida, en búsqueda de la verdad, se hayan convertido en vegetarianos. El vegetarianismo es un paso esencial en pos de una sociedad mejor, y aquellos que analicen sus ventajas, estarán junto a pensadores como Pitágoras, Sócrates, Platón, Clemente de Alejandría, Plutarco, el rey Asoka, Leonardo da Vinci, Montaigne, Akbar, John Milton, Sir Isaac Newton, Emanuel Swedenburg, Voltaire, Benjamín Franklin, Jean Jacques Rousseau, Henry David Thoreau, León Tolstoy, George Bernard Shaw, Rabindranath Tagore, Mahatma Gandhi, Alberto Schweitzer y Alberto Einstein.

Examinemos algunas de las ventajas de ser vegetariano. Salud y nutrición ¿Se puede mejorar o restablecer la salud mediante una dieta vegetariana? ¿Puede prevenir ciertas enfermedades? Los defensores del vegetarianismo han respondido afirmativamente desde hace muchos años, aunque no contaron con ningún apoyo de la ciencia moderna hasta recientemente. En la actualidad, los investigadores médicos han descubierto una evidente conexión entre el consumo de carne y enfermedades mortales como las del corazón y el cáncer; por ello, están reconsiderando el vegetarianismo. Los científicos han sospechado, desde 1960, que una dieta basada en la carne está, de alguna forma, relacionada con el desarrollo de la arteriosclerosis y las enfermedades del corazón. Ya en 1961, el Journal of the American Medical Association exponía: "Entre un noventa y un noventa y siete por ciento de las enfermedades del corazón podrían prevenirse con una dieta vegetariana.''1 Desde aquella afirmación y hasta la fecha, varios estudios organizados han demostrado científicamente que, después del tabaco y el alcohol, el consumo de carne es la causa de mayor mortalidad en Europa Occidental, Estados Unidos, Australia y otras regiones ricas del mundo.2 El cuerpo humano no es capaz de asimilar grandes cantidades de grasa animal ni de colesterol.3 Una encuesta, hecha a 214 científicos investigadores de la arteriosclerosis de 23 países diferentes, mostró un acuerdo casi total en lo referente a la existencia de una conexión entre la dieta, los niveles de colesterol y las enfermedades del corazón.4 Cuando una persona consume más cantidad de colesterol de la que necesita su cuerpo (lo que ocurre normalmente en una dieta basada en la carne), el colesterol sobrante se convierte gradualmente en un problema. Se acumula en las paredes internas de las arterias, disminuyendo el flujo de sangre que llega al corazón, y puede ocasionar subida de presión sanguínea, cardiopatía y los subsecuentes infartos. Por otro lado, científicos de la Universidad de Milán y del Hospital Maggiore, han demostrado que las proteínas vegetales pueden ayudar al mantenimiento de un nivel bajo del colesterol. En un informe dado a la revista médica británica The Lancet, D.C.R. Sirtori concluyó que las personas que padecen de altos niveles de colesterol junto con afecciones cardíacas, "pueden beneficiarse de una dieta en la que las proteínas provengan sólo de vegetales.''5 ¿Y el cáncer? Investigaciones hechas en los últimos veinte años insinúan claramente una relación entre el consumo de carne y los cánceres de colon, recto, pecho y útero. Estos tipos de cáncer raramente se encuentran en aquellos que consumen poco o nada de carne, como los Adventistas, los japoneses y los indios, pero son muy corrientes entre las poblaciones que la consumen.6 Otro artículo publicado en The Lancet informaba: "Las personas que viven en las zonas donde existe una alta incidencia de carcinoma de colon, tienden a basar su alimentación en dietas que contienen una gran cantidad de grasas y proteínas animales; mientras que los que viven en zonas de baja incidencia, suelen alimentarse con dietas vegetarianas, de pocas grasas o sustancias animales.''7 Rollo Russell, en sus Notes on the Causation of Cancer dice: "El resultado de mi investigación es que, de veinticinco países grandes consumidores de carne, diecinueve tenían un alto nivel de cáncer y sólo uno de ellos presentaba un nivel bajo; y que, de treinta y cinco países donde se consume poco o nada de carne, ninguno tenía un nivel alto.''8 ¿Por qué parece ser que los consumidores de carne son más propensos a estas enfermedades? Una razón aportada por biólogos y nutricionistas es que el intestino humano, simplemente, no es adecuado para digerir carne. Los animales carnívoros poseen intestinos cortos (tres veces la longitud del cuerpo del animal), lo que facilita la eliminación rápida de las toxinas de la putrefacción. Dado que la comida de origen vegetal se pudre más lentamente que la carne, los consumidores de plantas tienen intestinos que son, al menos, seis veces la longitud de su cuerpo. El hombre tiene el paquete intestinal largo de un herbívoro, de manera que, si come carne, los riñones pueden sobrecargarse de toxinas, lo cual puede ocasionar la gota, la artritis, el reumatismo e incluso el cáncer. Aparte, están los productos químicos que se añaden a las carnes. Desde el momento en que el animal es sacrificado, su carne comienza a corromperse y, al cabo de unos días, toma un color verde-grisáceo nauseabundo. La industria cárnica disfraza esta decoloración añadiendo nitritos, nitratos y otros conservantes, que devuelven a la carne su brillante color rojo. Pero recientes investigaciones han demostrado que muchos de estos conservantes son cancerígenos.9 Y lo que empeora el problema todavía más es la masiva cantidad de productos químicos que se añaden a la alimentación del ganado. Gary y Steven Null, en su libro Poisons in your Body, nos muestran algo que hará pensar a cualquiera dos veces antes de volver a comprar un filete o un jamón. "A los animales se les mantiene vivos y se les engorda, suministrándoles continuamente tranquilizantes, hormonas, antibióticos y otras 2.700 drogas diferentes. El proceso comienza ya antes de su nacimiento y dura más allá de su muerte. Aunque estas drogas permanecen todavía en la carne en el momento de consumirla, la ley no obliga a que aparezcan indicadas en el paquete.''10 Debido a descubrimientos como éstos, la Academia Nacional de Ciencias Americana informó, en 1983, que "la gente puede prevenir muchos cánceres comunes comiendo menos carnes grasas y más verduras y cereales''. ¡Espere un momento por favor! ¿Los seres humanos no están hechos para ser carnívoros? ¿No necesitan proteínas animales? La respuesta a ambas preguntas es no. Aunque algunos historiadores y antropólogos dicen que el hombre es históricamente omnívoro, nuestro sistema anatómico—dientes, mandíbulas y aparato digestivo—invita a una dieta sin carne. La Asociación Dietética Americana señala que "la mayoría del género humano, durante la mayor parte de la historia del hombre, ha vivido de dietas parcial o totalmente vegetarianas''. Y gran parte de la humanidad continúa viviendo así. Incluso en la mayoría de los países industrializados, la gran explosión de la carne no empezó hasta hace menos de cien años; comenzó con el camión frigorífico y con la sociedad consumista del siglo XX. A finales del siglo pasado, el promedio de consumo de carne por persona, en España, era de 15 kg; en 1985 fue de 72 kg, lo que supone un aumento de casi un 500 %.11 Pero aún en el siglo XX, el cuerpo humano no se ha adaptado plenamente al consumo de carne. El prominente científico sueco Karl von Linne expone: "La estructura externa e interna del hombre, comparada con la de los demás animales, muestra que su alimento natural son los suculentos vegetales y las frutas.'' El cuadro de la página siguiente compara la anatomía humana con la de los animales carnívoros y herbívoros. Carnívoro Tiene garras. No tiene poros en la piel. Transpira por la lengua para refrescar el cuerpo. Dientes delanteros afilados y puntiagudos para desgarrar la carne.



Pequeñas glándulas salivares (no son necesarias para preparar la digestión de granos y frutas). Saliva ácida.

Ausencia de enzima ptialina que prepare la digestión de los cereales. Ausencia de muelas posteriores para triturar los alimentos. Ácido clorhídrico muy concentrado para digerir carne dura de animal, huesos, etc. Sistema intestinal sólo 3 veces la longitud del cuerpo, para la eliminación en poco tiempo de la carne, que se pudre rápidamente.

Hervíboro No tiene garras. Transpira a través de millones de poros cutáneos. Dientes delanteros no afilados ni puntiagudos. Glándulas salivares bien desarrolladas, necesarias para preparar la digestión de granos y frutas. Saliva alcalina.

Mucha ptialina para preparar la digestión de los cereales. Presencia de muelas posteriores para triturar los alimentos. Acido del estómago 10 veces menos fuerte que el de los consumidores de carne.

Sistema intestinal 6 veces la longitud del cuerpo. Las frutas no se pudren tan rápido, por lo que pueden atravesar el cuerpo más lentamente. Ser humano No tiene garras. Transpira a través de millones de poros cutáneos. Dientes delanteros no afilados ni puntiagudos. Glándulas salivares bien desarrolladas, necesarias para preparar la digestión de granos y frutas. Saliva alcalina.

Mucha ptialina para preparar la digestión de los cereales. Presencia de muelas posteriores para triturar los alimentos. Acido del estómago 10 veces menos fuerte que el de los consumidores de carne.

Sistema intestinal 6 veces la longitud del cuerpo. Las frutas no se pudren tan rápido, por lo que pueden atravesar el cuerpo más lentamente. Basada en un cuadro realizado por A. D. Andrews, en su libro Fit Food for Men, (Chicago, Asociación Higienista Americana, 1970) En relación con la cuestión proteínica, el Dr. Paavo Airola, una eminencia en materia de nutrición y de biología natural, nos dice lo siguiente: "La cantidad oficial de proteínas diarias recomendada ha bajado de los 150 g aconsejados hace veinte años a tan sólo 45 gramos en nuestros días. ¿Por qué? Debido a que investigaciones fidedignas de todo el mundo han demostrado que no necesitamos tantas proteínas, y que la necesidad diaria real es de 30 a 45 g. Las proteínas consumidas por encima de esas cifras, no sólo se desperdician, sino que, de hecho, causan serios perjuicios al cuerpo e incluso tienen relación de causa con enfermedades mortales, tales como las del corazón y el cáncer. Para obtener 45 g de proteínas diarias en su dieta, no es necesario que coma carne; puede conseguirlas de una dieta cien por cien vegetariana de cereales, lentejas, frutos secos, hortalizas y frutas.''12 Productos lácteos, cereales, legumbres y frutos secos son fuentes concentradas de proteínas. El queso, los cacahuetes y las lentejas, por ejemplo, tienen más proteínas por gramo que una hamburguesa o un filete de cerdo o de ternera. Aun así, expertos en nutrición pensaban, hasta hace poco, que sólo la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos contenían las proteínas completas con los ocho aminoácidos que el cuerpo no produce, y que todas las proteínas de origen vegetal eran incompletas al faltarles uno, o más, de estos aminoácidos. Pero investigaciones hechas en el Instituto Karolinska de Suecia y en el Max Planck de Alemania, han demostrado que la mayoría de las hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos y cereales son excelentes fuentes de proteínas completas. De hecho, sus proteínas son más fáciles de asimilar que las de la carne, y no aportan ninguna toxina. Es casi imposible, pues, tener escasez de proteínas comiendo suficientes alimentos naturales sin refinar. Recuerde que el reino vegetal es la fuente real de todas las proteínas. Los vegetarianos simplemente las toman directamente en vez de obtenerlas de segunda mano, de los animales herbívoros. Consumir proteínas en exceso llega a reducir la energía del cuerpo. En una serie de pruebas comparativas de resistencia hechas por el Dr. Irving Fisher, de la Universidad de Yale, los vegetarianos respondieron dos veces mejor que los consumidores de carne. Cuando el Dr. Fisher redujo en un veinte por ciento el consumo de proteínas en los no-vegetarianos, su eficiencia ascendió un treinta y tres por ciento.13 Numerosos estudios han demostrado que una dieta vegetariana adecuada provee de más energía nutritiva que la de carne. Un estudio hecho por los Drs. J. Iotekyo y V. Kipani en la Universidad de Bruselas, demostró que los vegetarianos eran capaces de ejecutar pruebas físicas durante períodos entre dos y tres veces más largos que los carnívoros, y que se recuperaban de su fatiga tres veces más rápidamente que los carnívoros.14 Economía La carne alimenta a unos pocos a expensas de muchos. Debido a la producción de carne, gran cantidad de cereales, que se podrían destinar al consumo humano, son destinados al ganado. Según la información recopilada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, más del 90% del grano producido en América es para ganado (vacas, cerdos, corderos y pollos) que al final acaba en una mesa.15 El sistema de producir carne utilizando cereales y legumbres es muy ruinoso. Según cifras recogidas por el Departamento de Agricultura de los EEUU, se demuestra que por cada 16 kilos de cereales y legumbres dadas al ganado, sólo se obtiene 1 kilo de carne.16 En "Diet for a Small Planet, Frances Moore Lappé nos pide que imaginemos estar sentados ante un filete de 250 g. "E imaginen que la habitación está ocupada por 45 ó 50 personas, cada una de ellas ante un tazón vacío. Con lo que ha costado producir su filete, podrían llenarse cada uno de los tazones con cereal cocido.17 Las naciones poderosas no sólo desperdician sus propios cereales alimentando al ganado, sino que para ello también consumen alimentos de origen vegetal, ricos en proteínas, procedentes de países pobres. El Dr. George Borgstrom (una autoridad en el campo de la geografía de la alimentación), estima que un tercio de los cacahuetes que se cosechan en África (y los cacahuetes aportan la misma cantidad de proteínas que la carne) va dirigida a los estómagos de las reses vacunas y de las aves de corral de Europa Occidental.18 En los países subdesarrollados, una persona consume un promedio de 180 kilos de cereal por año, la mayoría consumido directamente. Comparativamente, dice Lester Brown, experto en alimentación mundial, el promedio en América, o en Europa, asciende a 900 kilos por año, utilizando el 90% de esa cantidad en alimentar ganado para la carne. El consumidor de carne medio de Europa o Norteamérica, dice Brown, consume los recursos alimentarios del colombiano, del indio o del nigeriano medios, multiplicados por cinco.19 Hechos como los narrados han inducido a expertos en alimentación a señalar que el problema mundial del hambre es artificial. En la actualidad, estamos produciendo alimentos ms que suficientes para todo el planeta, pero estn siendo mal distribuidos y despilfarrados. Jean Mayer, experto en nutrición de Harvard, estima que una reducción de tan sólo un 10% en la producción de carne, permitiría disponer de los cereales suficientes para alimentar a 60 millones de personas.20 Otro de los precios que pagamos por consumir carne, es la degradación del medio ambiente. Los vertidos y las alcantarillas contaminadas de los mataderos y las granjas industriales son causas importantes de contaminación de ríos y arroyos. Es cada vez más obvio que los recursos de agua potable de este planeta no sólo se están contaminando, sino que también están agotándose, y la industria cárnica es particularmente perjudicial al respecto. George Gorstrom dice que la cría y el engorde del ganado crea diez veces más contaminación que las zonas residenciales, y tres veces más que las industriales.21 En su libro Population, Resources, and Environment, Paul y Anne Ehrlich informan que para cultivar 1 kilo de trigo sólo son necesarios 60 litros de agua, mientras que para producir 1 kilo de carne se requieren de 2.500 a 6.000 litros de agua.22 Y en 1973 el New York Post desenmascaró un escandaloso abuso de este inestimable recurso: un gran matadero avícola de los Estados Unidos gastaba 45 millones de litros de agua diarios, cantidad que podía abastecer a una ciudad de veinticinco mil habitantes.23 Pero ahora dejemos la situación geopolítica mundial y examinemos la cesta de la compra... Un estudio hecho en algunos supermercados de Madrid, en Enero de 1986, demostró que el kilogramo de solomillo costaba unas 1.400 pesetas, mientras que el precio medio de los ingredientes necesarios para cocinar una substanciosa comida vegetariana, no pasaba de 300 pesetas por kilo. 225 g. de requesón, que cuestan 100 pesetas, nos aportan el 60% de las necesidades mínimas diarias de proteínas. El hacerse vegetariano podría ahorrarle varias decenas de miles de pesetas al año, cientos de miles de pesetas durante el curso de una vida. Los ahorros de los consumidores españoles ascenderían a cientos de miles de millones de pesetas al año, y ese mismo principio puede aplicarse a los consumidores de cualquier país. Teniendo en cuenta todo esto, es difícil entender que alguien pueda permitirse el lujo de no ser vegetariano. Valores éticos A la hora de hacerse vegetariano, las razones éticas son consideradas, por muchas personas, como las más importantes. El vegetarianismo ético comienza al saber que las demás criaturas sienten y que sus sentimientos son similares a los nuestros. Este saber anima a que ampliemos nuestra visión y seamos, también, conscientes del sufrimiento de los demás. No existe el matadero humanitario. Toda la vida de un animal de engorde cautivo es innatural, pasando por el amamantado artificial, la castración y/o la estimulación mediante hormonas, la alimentación con una dieta anormal para cebarlo y, en su momento, interminables e incómodos viajes hasta el último final. Las jaulas, los aguijones eléctricos y el retorcimiento de los rabos, el temor y el miedo, todas estas cosas, son parte de la cría, el transporte y la matanza "modernas. Aceptar todas estas cosas y sólo preocuparse de la insensible brutalidad de los últimos segundos de la vida del animal, es falsear la palabra "humanitario. La verdad de la matanza de animales no es placentera; los mataderos industriales parecen visiones del infierno. Animales bramando a los que se calla a golpes de maza, descargas eléctricas, o armas de aire comprimido. Después se los cuelga por las patas, y así, se los conduce a través de las factorías de la muerte mediante sistemas de arrastre mecanizados. Todavía con vida se les corta el cuello y se rajan sus entrañas desangrándolos hasta que mueren. La mutilación y la matanza que se aplica a los animales de granja quedan excluidas de las normas que rigen el bienestar de las mascotas domésticas e incluso de las cobayas de laboratorio. Muchos adoptarían el vegetarianismo, sin dudar, si visitaran un matadero, o si ellos mismos tuvieran que matar los animales que comen. Esas visitas deberían ser obligatorias para todo consumidor de carne. En algunos lugares del sur de Europa y de América Latina, los gobiernos perpetúan el acto horroroso del trato brutal de los toros en público, trato brutal que en algunos países llega hasta la muerte. En España, donde se originó y es ampliamente aceptada esta actividad, se matan, en público, más de 6.000 toros cada año.24 ¡Consideren la magnitud de esta horrible actividad! De acuerdo con la cultura védica, que es eminentemente agrícola, como también lo es nuestro país, al toro se le considera el padre de la sociedad humana, pues ayuda a labrar los campos y producir cereales. Por eso se le protege plenamente. En la actualidad, en España, y por falta de entendimiento espiritual, el gobierno permite el abyecto asesinato de su "padre, como si de un espectáculo se tratara. Incluso en las escrituras cristianas, que tantos católicos en España siguen, está escrito, en Isaías 66.3: "El que mata un buey es igual que el que mata a un hombre. Y, como fue citado por el Colectivo Onda Verde en un reciente artículo de la revista Integral: "Al toro a veces se le prepara para la última lucha, se le pone estopa en las narices y garganta para dificultar su respiración, le dejan caer tablas y lo golpean con sacos de arena hasta agotarlo. Ya en la corrida el picador le corta los músculos del cuello para que no pueda defenderse. Sólo cuando el toro ha perdido mucha sangre... se atreve el "matador a mostrar su "arte.25 Las personas de sensibilidad deben pronunciarse y acabar, de una vez por todas, con esa brutalidad ignorante. Como en una ocasión dijo Félix Rodríguez de la Fuente: "El hombre es la única criatura que mata por gusto, por placer, y esto es absolutamente asombroso.''26 ¿Pueden los españoles, y las gentes de otros países, permitir que reine tal brutalidad? Según palabras de Mahatma Gandhi: "La grandeza de una nación y su progreso moral pueden medirse por el trato que reciben sus animales.'' Pitágoras, famoso por sus aportaciones a la Geometría y a las Matemáticas, dijo: "¡Pueblo! No corrompáis vuestros cuerpos con alimentos hechos de pecado. Tenemos maíz, manzanas que con su peso agachan las ramas, y racimos de uva dorándose en las cepas. Tenemos hierbas de dulce aroma y hortalizas que pueden ser cocidas y ablandadas al fuego; no olvidéis la leche ni la miel perfumada de tomillo. La Tierra es pródiga en riquezas, bajo la forma de alimentos inocentes, y nos ofrece festines que no precisan derramamiento de sangre ni matanza; únicamente los animales satisfacen su hambre con carne, y no todos los animales, pues la vaca, el caballo y las ovejas viven de la hierba.'' El ser humano no tiene éticamente hablando, ningún derecho a terminar, de un modo artificial, la vida de criatura alguna. En un ensayo titulado Sobre el comer carne, el autor romano Plutarco escribía: "¿Puede alguien realmente, preguntarse las razones que Pitágoras tenía para abstenerse de la carne? Por el contrario, yo me pregunto, ¿debido a qué accidente y en qué estado mental el primer hombre, por primera vez, tocó con sus labios la sangre y llevó a su boca la carne de una criatura muerta, puso en su mesa cuerpos muertos, rancios, atreviéndose a llamar comida y alimento a aquellos cuerpos que, un poco antes, habían gritado y mugido, llenos de vida? No es a leones ni a lobos a los que comemos, tras matarlos en defensa propia; por el contrario, ignoramos a éstos y sacrificamos a criaturas indefensas y mansas, que carecen de garras y dientes con los queherirnos. Interesados por un poco de carne, les privamos del sol, de la luz, de la duración de su vida, a la que tienen derecho por nacimiento. A continuación Plutarco lanza un desafío a los que comen carne: "Ya que afirmáis que estáis diseñados por la naturaleza para alimentaros con este tipo de dieta, matad por vosotros mismos todo aquello que queráis comer. Pero hacedlo con vuestras propias manos, sin ayuda de cuchillos, palos ni hachas de ningún tipo. El poeta Shelley era un vegetariano convencido. En su ensayo "Reivindicación de una Dieta Natural, escribió: "Que aquellos que abogan por alimentarse de cuerpos de animales demuestren su aptitud y que, como recomienda Plutarco, desgarren con sus propios dientes a un cordero vivo y, sumergiendo su cabeza en sus entrañas, calmen su sed con la sangre humeante... Entonces, y sólo entonces, demostrarán ser consecuentes. Leon Tolstoy escribió que al matar animales para comer, "el hombre anula en sí mismo de un modo innecesario la más elevada cualidad espiritual: el amor y la compasión hacia las criaturas vivientes como él; por lo que, al violar sus propios sentimientos, se vuelve cruel. También nos advirtió: "Mientras nuestros cuerpos sean los sepulcros vivientes de animales sacrificados, ¿cómo podemos tener la esperanza de disfrutar en la Tierra de condiciones ideales? Cuando perdemos el respeto por la vida animal, también lo perdemos por la vida humana. Hace 2.600 años, Pitágoras decía: "Aquellos que matan animales para comer su carne, tienden a masacrarse entre sí.'' Nos asustan las armas, las bombas y los misiles de nuestros enemigos; sin embargo, ¿podemos cerrar nuestros ojos al dolor y al miedo que nosotros provocamos, al matar anualmente, para ser consumidos como alimento, 1.600 millones de mamíferos domésticos y 22.500 millones de aves de corral al año? El número de peces muertos anualmente con el mismo propósito se calcula en el orden de los billones. Y sin contar las decenas de millones de animales muertos cada año en los "campos de tortura que constituyen los laboratorios médicos de investigación, o sacrificados para obtener sus pieles, o cazados por "deporte. ¿Podemos negar que esa crueldad nos está embruteciendo? Leonardo da Vinci escribió: "En verdad es el hombre el rey de los animales, pues a todos los excede en brutalidad. Vivimos gracias a la muerte de otros. ¡Somos cementerios! Y añadió: "Vendrá el tiempo en que los hombres considerarán la matanza de animales igual como consideran ahora la de los hombres. Mahatma Gandhi sintió que los principios éticos eran un apoyo más enérgico para un compromiso de por vida hacia la dieta vegetariana, que las razones de salud. "Pienso, dijo, "que el progreso del espíritu exige, al llegar a cierto nivel, que cesemos de matar a nuestros amigos animales tan sólo por la satisfacción de nuestras exigencias corporales. Religión Todas las escrituras de las principales religiones prohiben al hombre que mate innecesariamente. El Antiguo Testamento advierte: "No matarás. (Éxodo 20:13) Tradicionalmente esto se malinterpreta, argumentando que se refiere sólo al asesinato. Pero el hebreo original es "lo tirtzach, que, claramente, se traduce por "No matarás. El Diccionario completo Inglés/Hebreo del Dr. Reuben Alcalay dice que la palabra tirtzach, tal como se emplea en el hebreo clásico, se refiere a "cualquier tipo de matanza, y no únicamente al homicidio. Aunque el Antiguo Testamento contiene algunos preceptos que permiten comer carne, deja bien claro que la situación ideal es el vegetarianismo. En el Génesis (1:29) Dios mismo proclama: "He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la faz de la Tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.'' Y en libros posteriores de la Biblia, los profetas mayores condenan el comer carne. Para muchos cristianos el mayor impedimento a la hora de entender la condena a la carne reside en la creencia de que Cristo comía carne, y en las muchas referencias a la carne que se dan en algunas traducciones del Nuevo Testamento. Pero estudios más profundos de los manuscritos originales griegos demuestran que la mayoría de las palabras traducidas por "carne son trophe, brome, y otras palabras que simplemente significan "comida o "alimento en un sentido más amplio. Por ejemplo, en el Evangelio de San Lucas (8:55) leemos que Jesús resucitó a una mujer y "ordenó que se la diera carne. La palabra griega original traducida como "carne es phago que significa simplemente "comer. La palabra griega para carne, Kreas, nunca fue usada en relación con Cristo. En ninguna parte del Nuevo Testamento hay una referencia directa de Cristo comiendo carne. Esto concuerda con la famosa profecía de Isaías sobre la aparición de Jesús: "He aquí que la Virgen concebirá, y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emmanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.'' En el libro "Así habló Mahoma (traducción hecha del Hadit del Dr. M. Hafiz Syed), los discípulos del profeta Mahoma le preguntaron: "¿En verdad, existen recompensas por hacer el bien a los cuadrúpedos, y darles agua para beber? Mahoma les contestó: "Hay recompensa para el que beneficia a cualquier animal.'' Buda instauró el ahimsa (la no-violencia) y el vegetarianismo como los dos pasos fundamentales del camino hacia el conocimiento del yo.28 Y las escrituras védicas de la India, anteriores al budismo, subrayan también la importancia de la no-violencia, declarándola la base ética del vegetarianismo. "La carne nunca se puede obtener sin hacer daño a las criaturas vivientes, se afirma en el Manu-Samhita, el antiquísimo código de leyes hindú. "Evítese, pues, el uso de la carne. En otro capítulo, el Manu-Samhita nos aconseja lo siguiente: `Habiéndose considerado adecuadamente el repugnante origen de la carne, y la crueldad de atar y matar a seres corpóreos, abstengámonos de comer carne.'' En el Bhagavad-gita (5.18), Krisna dice que la perfección espiritual comienza cuando se descubre la igualdad que existe entre todos los seres vivos: "El sabio humilde, en virtud del conocimiento verdadero ve, con visión de igualdad, a un brahmana apacible y erudito, a una vaca, a un elefante, a un perro o al que come carne de perro (paria). Krisna también nos instruye que adoptemos los principios del vegetarianismo espiritual, cuando afirma: "Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré. Karma La palabra sánscrita karma significa "acción'' o, más específicamente, cualquier acción material que cause una reacción, la cual nos atará al mundo material. Aunque la idea del karma se asocia generalmente con la filosofía oriental, muchos occidentales están empezando a comprender que el karma es un principio natural, como lo son el tiempo o la gravedad, y no menos ineludible que éstos. A cada acción le corresponde una reacción. De acuerdo con la ley del karma, si causamos dolor y sufrimiento a otros seres vivos, tendremos que aceptar, a cambio, dolor y sufrimiento; tanto individual como colectivamente. Recogemos lo que sembramos, tanto en esta vida como en la próxima, pues la naturaleza administra su propia justicia. Nadie, excepto aquellos que comprenden su funcionamiento, pueden escapar a la ley del karma; tomemos una ilustración de los Vedas. A veces se inicia el fuego en un bosque de bambú por culpa de la fricción de las cañas entre sí; sin embargo, la causa real del fuego no son las cañas, sino el viento que las mueve. Las cañas son sólo los instrumentos. De la misma manera, el principio del karma nos dice que la causa real de la tensión que existe entre Estados Unidos y la Unión Soviética, tensión que pudiera encender el bosque de la guerra nuclear, no son estas dos naciones en sí. La causa real es el viento imperceptible del karma, generado por los ciudadanos supuestamente inocentes del mundo. De acuerdo con la ley del karma, el supermercado cercano, o el establecimiento de hamburguesas (la clínica local de abortos también, pero éste podría ser el tema de otro libro), tienen que ver más con la amenaza de la guerra nuclear que la propia Casa Blanca o el Kremlin. Retrocedemos con horror ante la idea de una guerra nuclear, mientras que cada día permitimos masacres, igualmente aterradoras, en los mataderos automatizados de todo el mundo. El ser humano que se come un animal puede aducir que él no ha matado a nadie; pero cuando va al supermercado y compra carne bien empaquetada, está pagando a alguien para que mate por él, y tanto el uno como el otro se hacen merecedores de las reacciones del karma. ¿Puede haber algo más hipócrita que ir a una marcha para la paz y después entrar en un McDonald para tomarse una hamburguesa o irse a casa a freírse un filete? Esta es la duplicidad que condenaba George Bernard Shaw: Los domingos oramos para que se haga la luz Que guíe nuestros pasos en la senda que hacemos; Repudiamos la guerra, no ansiamos luchar, Y, mientras tanto, nos atiborramos de cadáveres. Como dice Srila Prabhupada en su explicación del Bhagavad-gita: "Aquellos que matan animales y los hacen sufrir innecesariamente, como la gente hace en los mataderos, morirán de la misma manera en su vida siguiente y en muchas otras sucesivas... En las escrituras judeo-cristianas se dice claramente: `No matarás'. No obstante, incluso los dirigentes de las grandes religiones, dando todo tipo de excusas, permiten y disfrutan de la matanza de animales haciéndose pasar, al mismo tiempo, por personas santas. Esta hipocresía burda que se da en la sociedad humana ocasiona innumerables calamidades, como son las guerras, en las que miles de personas van al campo de batalla y se matan entre ellos. En esta época han descubierto la bomba nuclear, que sólo está esperando a ser usada para destruirlo todo. Estos son los efectos del karma. Los que entienden las leyes del karma saben que la paz no vendrá ni de las marchas ni de las peticiones, sino que será el fruto de campañas para educar a las personas sobre las consecuencias de matar animales inocentes (y niños que todavía no nacieron). Todo eso ayudará eficazmente a prevenir el aumento de la enorme carga del karma que gravita sobre el mundo. Para resolver los problemas mundiales necesitamos personas cuya conciencia sea pura, que perciban cómo el principal problema es espiritual. Siempre habrá pecadores, pero éstos no deben ocupar puestos en el gobierno. Es verdad que los vegetarianos matan a las plantas, y eso también implica violencia; en verdad estamos forzados a comer, y los Vedas dicen: jivo jivasya jivanam, "todo ser vivo es alimento para otro, en la lucha por la existencia. Es decir, el problema no radica en cómo evitar toda clase de matanza, un logro imposible, sino en cómo causar el menor sufrimiento a las demás criaturas en la búsqueda de bienes nutritivos para el cuerpo. El robo de cualquier vida, incluso la de una planta, es, sin lugar a dudas, un pecado, pero Krisna, el controlador supremo, nos libra del pecado al aceptar lo que Le ofrecemos. El comer alimentos que han sido ofrecidos primero al Señor se puede comparar al soldado que mata en período de guerra si el comandante ordena a sus hombres que ataquen; al soldado obediente que mate a su enemigo, se le entregará una medalla; pero si ese mismo soldado mata a alguien por su cuenta, será castigado. Del mismo modo, cuando comemos sólo prasada no cometemos ningún pecado. Lo cual está confirmado en el Bhagavad-gita (3.13): "Los devotos del Señor se liberan de toda clase de pecados, porque ingieren comida que primero se ha ofrecido en sacrificio. Los demás, que preparan comidas sólo para el disfrute personal de los sentidos, en verdad comen únicamente pecado. Esto nos lleva al tema principal de este libro: el vegetarianismo, aunque esencial, no es un fin en sí mismo. Más allá del vegetarianismo Más allá de la importancia que tiene respecto de la salud, la economía, la ética, la religión e incluso el karma, el vegetarianismo tiene una dimensión más elevada y espiritual que puede ayudarnos a desarrollar nuestro aprecio y amor natural por Dios. Srila Prabhupada nos dice, en sus explicaciones del Srimad-Bhagavatam: "El ser humano está hecho para alcanzar el conocimiento del yo, y, por este motivo, no debe comer nada que no sea primero ofrecido al Señor. El Señor acepta de Su devoto todo tipo de preparaciones culinarias hechas con vegetales, frutas, productos lácteos y granos. Diversas combinaciones de frutas, verduras y productos lácteos pueden ser ofrecidos al Señor; después de que el Señor acepte los alimentos, el devoto puede participar del prasada, lo que gradualmente mitigará cualquier sufrimiento resultante de la lucha por la existencia.'' El alimento ofrecido, tradicionalmente llamado krisna-prasada "la misericordia de Dios'', nos procura no sólo la vida sana del vegetarianismo, sino un alimento espiritual para todos. Cuando Krisna acepta una ofrenda, infunde Su propia naturaleza divina en ella. Por eso el krisna-prasada no es distinto de Krisna mismo; dada Su infinita compasión hacia las almas atrapadas en el mundo material, Krisna viene en la forma de prasada para que, simplemente comiendo, podamos llegar a conocerle. Y es gracias a que Krisna nos libera de las reacciones del karma o de las actividades materiales, por lo que, fácilmente, podremos trascender la ilusión y podremos servirle con devoción. El que actúa libre del karma puede ajustar su conciencia a la de Dios y ser constantemente consciente de la presencia personal del Señor. Este es el verdadero beneficio del prasada. ¿Qué valor tiene estar sano si no se recuerda a Dios? Mejor estar enfermo y acordarse de Dios. Aunque, por supuesto, lo mejor es estar sano recordando a Dios. El que come prasada está, de hecho, rindiendo un servicio devocional al Señor y es seguro que recibirá Su bendición. Srila Prabhupada decía a menudo que, comiendo prasada solamente una vez, podíamos escapar del ciclo repetido del nacimiento y la muerte; y si no comíamos otra cosa, más que prasada, aun el más pecador podría llegar a convertirse en un santo. Las escrituras védicas hablan de muchas personas cuyas vidas se transformaron porque comían prasada, y, cualquier devoto del movimiento Hare Krisna, puede dar testimonio de la potencia espiritual del prasada y del efecto que éste ha producido en su vida. Comer alimentos ofrecidos a Krisna, y ninguna otra cosa, es la máxima perfección de una dieta vegetariana. Después de todo también son vegetarianos las palomas y los monos; hacerse vegetariano no es pues, por sí solo, el mejor de los logros. Los Vedas nos informan de que la meta de la vida humana es restablecer la relación del alma con Dios, y sólo cuando demos el paso desde el vegetarianismo al prasada podremos ayudarnos, con nuestra comida, a alcanzar esa meta. Notas y referencias 1) Journal of the American Medical Association, Editorial: Dieta y Stress en la enfermedad vascular. JAMA 176: 134-5, 1961. 2) Comisión intersocial de los recursos a las enfermedades del corazón. Informe: Prevención primaria de las enfermedades de la arteriosclerosis. Circular 42: A-53-95, Diciembre 1970; también Senate Select Committee on Nutrition and Human Needs: Logros dietéticos para los Estados Unidos. U.S. Government Printing Office, Washington, D.C., 20402, 1977. 3) Las grasas saturadas se hallan principalmente, (no exclusivamente), en alimentos de origen animal; las grasas hidrogenadas se encuentran en comidas procesadas comercialmente, el colesterol sólo se encuentra en los productos de origen animal. 4) Kaare R. Norum, "What is the Experts' Opinion on Diet and Coronary Heart Diseases?'' Journal of the Norwegian Medical Association, 12 de Febrero de 1977. 5) C.R. Sirtori, et. al., "Soybean Protein Diet in the Treatment of Type II Hyperlipoproteinaemia'', The Lancet 1 (8006): 275-7, (5 de Febrero de 1977). 6) R.L. Phillips, "Role of Lifestyle and Dietary Habits in Risk of Cancer Among Seventh- Day Adventists, Cancer Research 35-3513, (noviembre 1975); Morton Mintz, "Fat Intake Seen Increasing Cancer Risk, Washington Post, 10 de Septiembre de 1976. 7) M.J. HIll, "Bacteria and the Aetiology of Cancer of the Large Bowel,'' Lancet, 1:95-100, Ph.D. 1979, p. 12. 8) Cita de Cancer and Other Diseases from Meat Consumption, Blance Leonardo, Ph. D. 1979, p. 12. 9) M. Jacobson, "How Sodium Nitrite Can Affect Your Health, (Washington, D.C.: Centro para la ciencia en interés del público, 1973); W. Linjinsky, y S.S. Epstein, "Nitrosamines as Environmental Carcinogens, Nature, no. 225 (1970), PP. 21-3; Comité sobre la acumulación del nitrato, Academia Nacional de las Ciencias, 2101 Constitution Ave., Washington, D.C., 20418, 1972 y Lancet, "Nitrate and Human Cancer'', 2 (8032): 281, 6 de agosto de 1977. 10) Gary y Steven Null, Poisons in your body, Arco Press, 1977, p. 52. 11) Academia Americana de las Ciencias, Diet, Nutrition, and Cancer, National Research Consul, National Academy Press, Washington, Junio 1982. 12) Dr. Pavoo Airola, "Health Forum'', Vegetarian Times, Agosto 1982, p. 67. 13) Irving Fisher, "The influence of Flesh Eating on Endurance'', Yale Medical Journal, 13(5); 205-221 (Marzo 1907). 14) J.L. Buttner, A Fleshless Diet: Vegetarianism as a rational dietary, Fredrick A. Stokes Company, New York, 1910, p. 131-32. 15) Frances Moore Lappé, Diet for a Small Planet, (New York Ballantine Books, 1975), p. 12. 16) Ibid., p. 10. 17) Ibid., p. 235. 18) Georg Borgstrom citado por Frances Moore Lappé, en Diet for a Small Planet, p. 25. 19) Lester Brown citado por Vic Sussman, en The Vegetarian Alternative (Rodale Press, 1978). p. 234. 20) Dr. Jean Mayer citado por el Senate Select Committe on Nutrition and Human Needs, Logros Dietéticos para los Estados Unidos (Washington, D.C.: Febrero 1977), p. 44. 21) Georg Borgstrom citado por Frances Moore Lappé, en Diet for a Small Planet, p. 32. 22) Paul y Anne Ehrlich, Population, Resources, Environment, W.H. Freeman and Company, 1970, p. 64. 23) "Food Price Rises,'' Sylvia Porter, New York Post, Julio 27, 1973. 24) ARTE. Lidia. "La Temporada taurina de 1984 en cifras.'' Anuario El País 1985 (Madrid, 1985). 25) Onda Verde: "La violencia secreta de las corridas de toros.'' Integral n/69 (Agosto, 1985). 26) Félix Rodríguez de la Fuente: "Conferencia en la inauguración de los nuevos locales de la Asociación Vegetariana de Barcelona.'' (Octubre, 1969). Integral n/22 (Abril, 1981). 27) Las cifras de ganado y aves de corral que se matan cada año han sido recogidas por el autor a partir de cifras estadísticas dadas en el Anuario FAO de Producción de 1984, Vol. 38. Series estadísticas N/ 61, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación/ Roma, págs. 226-47 Las cifras de ganado sacrificado que aparecen en dicho libro provienen de unos 200 países y regiones. La FAO ha hecho aproximaciones en el caso de los países que no disponían de informes y de los que disponían de informes parciales. En interés de nuestros lectores, las estadísticas de la FAO muestran que el número de animales sacrificados durante 1984 fue, en las especies más comunes, el siguiente; ganado vacuno, 229.249.000; búfalo, 7.269.000; ganado ovino, 409.500.000; cabras, 177.296.000; cerdos, 765.424.000; caballos, 4.030.000; pollos, 21.902.400.000; patos, 234.000.000; pavos, 372.300.000. En lugar de dar el número de cabezas de ganado equino y aves de corral (pollos, patos y pavos) sacrificados durante el año, el libro de la FAO da el peso de la carne producida. Los totales, durante 1984, fueron, 504.000 TM de carne de caballo y 29.958.000 TM de aves de corral (27.378.000 TM de pollos; 390.000 de patos y 2.190.000 de pavos), respectivamente. El autor se informó con el director de la Sección de Unidades estadísticas de la FAO para calcular que un promedio de 7 caballos, 800 pollos, 600 patos o 170 pavos dan una tonelada de carne. Estas cifras fueron confirmadas por los carniceros de París. 28) Es interesante ver que las escrituras védicas consideran a Buda como una encarnación de Sri Krisna. El Srimad Bhagavatam predijo el advenimiento de Buda en este mundo y el maestro espiritual Srila Jayadeva Goswami escribió posteriormente, en sus oraciones a Sri Krisna: "¡Oh, mi Señor! ¡Oh, Personalidad de Dios! Toda la gloria Te sea dada. Compasivamente adviniste en la forma de Buda para condenar los sacrificios animales.'' Un templo de Krisna en su hogar Un templo de Krisna en su hogar LOS invitados que visitan un templo de Krisna por primera vez quedan a veces (comprensiblemente) desconcertados por la ofrenda ceremonial de platos vegetarianos que se presenta a la forma de Krisna en el altar. Después de todo, ¿qué quiere el omnipotente, omnisciente, omnipresente Señor, de nuestros pequeños platos de arroz y verduras? ¿Se ha sentido Él, de pronto, hambriento? ¿No es Él el creador de incalculables toneladas de alimentos? ¿No es Dios autosuficiente? ¿Necesita Krisna estas ofrendas de comida? La verdad es que Krisna pide esas ofrendas, no porque necesite nuestro arroz o nuestras verduras, sino porque Él busca nuestra devoción. El Bhagavad-gita (9.26) dice: "Si alguien Me ofrece, con amor y devoción, una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré.'' Cuando Krisna nos pide que le ofrezcamos alimentos, debemos entender que Él está invitándonos a restablecer nuestra relación amorosa eterna con Él. Al principio, cumplimos movidos por una mezcla de fe y obligación; más tarde, al madurar nuestra comprensión, lo hacemos con afecto y amor. Al igual que alguien ofrece, de una manera natural, lo mejor que tiene a su amado, el devoto ofrece a Krisna su fortuna, su inteligencia, su vida y su comida vegetariana. Krisna es el amado supremo de todos, pero ¿cómo podemos ofrecer regalos a un ser amado que todavía no conocemos? La tradición védica nos puede guiar. Si usted quiere probarlo, pero no puede seguir todas las disposiciones, puede recordar la historia del gran devoto Hanuman y sus compañeros, que narra cómo estaban construyendo un puente, con grandes y pesadas piedras, para el rey Rama, Primero, reserve un sitio especial para las ofrendas. Puede ser encima de una mesa o en una habitación totalmente consagrada a templo. Haga un altar con una foto de Sri Krisna en él (puede usar la fotografía de la página 38). A la izquierda de Krisna verá a Srimati Radharani, Su consorte eterna. Ella es la potencia interna de placer de Krisna, que concede amor por Dios al devoto sincero. Si es posible, ponga una foto de un maestro espiritual consciente de Krisna en el altar. El maestro espiritual acepta las ofrendas de su discípulo y las ofrece a su maestro espiritual, quien a su vez las ofrece a su propio maestro. De esta manera la ofrenda asciende, a través de una línea de maestros espirituales, hasta llegar a Sri Krisna. Los devotos del movimiento Hare Krisna siempre ponen en su altar una foto de Srila Prabhupada, el maestro espiritual fundador de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krisna (ISKCON), y cuando un devoto es discípulo de un discípulo de Prabhupada, también pone una foto de su propio maestro espiritual. Cualquiera de los maestros espirituales de la conciencia de Krisna que hay en la actualidad, puede guiarle hasta la perfección de la vida espiritual. Justo antes de que Srila Prabhupada dejara este mundo material pidió a algunos de sus discípulos más antiguos, que se hicieran maestros espirituales y perpetuaran la tradición védica. Si quiere saber más sobre los maestros espirituales y sobre cómo entrevistarse con alguno de ellos, puede preguntar en cualquier centro de ISKCON (ACK en España). Medite en complacer a Krisna, desde que sale a la compra hasta cuando cocine. Busque las frutas y verduras mejores y más frescas. Si compra en supermercados debe tener cuidado, pues no se trata tan sólo de evitar la carne, el pescado y los huevos. Aproveche el tiempo leyendo cada etiqueta. Y no crea que los productos siempre son los mismos, pues cambian. Tenga cuidado con el cuajo (hecho del revestimiento del estómago de ternera y usado para hacer queso), la gelatina (huesos, uñas y cuernos cocidos, usados para dar consistencia a ciertos productos alimenticios), y la lecitina (si no está especificado "lecitina de soja'', puede proceder de los huevos). Todos los productos alimenticios que tengan cebolla o ajo no pueden ofrecerse a Krisna porque estas comidas, según dicen los Vedas, aumentan la influencia de la ignorancia. Atención a las grasas animales; muchos productos las contienen. Y si la etiqueta de algún producto no especifica nada, no lo compre; evidentemente el fabricante no quiere que sepa lo que hay dentro. También puede buscar otras alternativas, en vez de comprar en los supermercados. Hay muchas cooperativas que ofrecen productos baratos que están libres de fertilizantes y pesticidas químicos. Y, si tiene un hueco en su jardín, ¿por qué no cultiva usted mismo algo para Krisna? Después de la información recibida ya debería ser el momento de empezar a cocinar para Krisna. Le ofrecemos una lista de los detalles más importantes que seguimos en nuestros templos y centros: • El cocinero piensa en el placer de Krisna, no en el suyo propio. Él piensa lo siguiente: "Mi Señor me ha proveído, bondadosamente, de todos estos ingredientes; los combinaré y cocinaré, de tal forma que Le agradarán.'' El rezo del mantra Hare Krisna o la audición de algunas grabaciones devocionales le ayudará a recordar a Krisna y a evitar las charlas mundanas en la cocina. • De la limpieza a la santidad hay un paso. El cocinero deberá tener limpios el cuerpo y la mente. Deberá estar vestido con ropas limpias en la cocina. El pelo debe estar recogido para que no esté expuesto ni a la comida ni al fuego. La cocina y sus utensilios estarán impecables; en tan sólo un minuto puede pasar una bayeta húmeda por la zona de trabajo, antes de empezar a cocinar. "Krisna aceptará una ofrenda, por muy sencilla que sea, si proviene de una cocina limpia, dijo Srila Prabhupada, "pero no aceptará una ofrenda elaborada si viene de una cocina sucia. • Nunca se mezclan el prasada (comida ya ofrecida) y el bhoga (alimentos aun no ofrecidos). No queremos ofrecer a Krisna la misma cosa dos veces; por ello el prasada lo guardamos en recipientes específicos, para que no se mezclen accidentalmente con el bhoga. • Lo que sigue quizás le sorprenda: el cocinero nunca prueba la comida antes de ser ofrecida, ni incluso para ver si está a punto. Krisna debe ser el primero en disfrutarla. La experiencia enseña al cocinero a calcular las cantidades correctas de los condimentos. Si se prueba algo antes de haberlo ofrecido a la Deidad, toda la preparación pierde su pureza y ya no podrá ofrecerse. Cuando la comida está preparada es el momento de ofrecérsela a Krisna. En nuestros templos colocamos las porciones de alimento en vajillas guardadas especialmente para este motivo. (Nadie más come en esos platos). El resto de la comida se queda en las cazuelas hasta que la ofrenda haya terminado. Ponga un pequeño vaso de agua fresca al lado del plato de Krisna, junto con una cuchara y un platito con un poquito de sal y pimienta. Puede encender también una o dos varitas de incienso para crear una atmósfera agradable. Después de poner el plato en el altar, recite el mantra Hare Krisna: Hare Krisna, Hare Krisna, Krisna Krisna, Hare Hare Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare Recite el mantra tres veces. Luego deje la ofrenda en el altar durante unos minutos. El mantra Hare Krisna es una oración que significa: "Mis queridos Radharani y Krisna, por favor, ocupádme en Vuestro servicio devocional.'' Cuanto más determinada esté nuestra conciencia en satisfacer a Krisna, más disfruta Krisna de la ofrenda. Podemos ofrecerle a Krisna los mejores platos que podamos cocinar, pero lo que realmente Le atrae es nuestra sinceridad. Nuestro amor y devoción son los ingredientes esenciales. Sri Krisna es llamado también Bhavagrahi- janardana, que significa "Aquel cuyo placer está en la actitud devocional de Sus devotos''. Una vez, cuando Krisna estaba presente en la Tierra, hace cinco mil años, Su amigo y puro devoto Vidura estaba ofreciéndole plátanos. Vidura, estando dominado por el éxtasis devocional debido a la presencia de Krisna, sin advertirlo, estaba tirando las frutas y ofreciéndole las pieles, que Krisna comía con gusto porque eran ofrecidas con amor. Otro gran devoto, Sanatana Gosvami, era tan pobre que sólo podía ofrecer a Krisna chapatis secos; sin embargo, a Krisna le sabían a ambrosía porque Le eran ofrecidos con amor. Después de la ofrenda saque el plato de Krisna del altar y ponga el prasada en una fuente. Lave la vajilla de Krisna y guárdela. Es el momento de servir el prasada. El prasada que viene directamente del plato del Señor se llama maha-prasada (maha significa "gran, prasada significa "misericordia) y es marcadamente especial. La persona que sirve ha de asegurarse de que todos reciban algo de maha-prasada. Para más detalles vea el apéndice: Ofrenda de Oraciones en la página 299. Srila Prabhupada describe cual es la mentalidad más adecuada, a la hora de comer prasada, en el Sri Chaitanya-charitamrita: "El prasada no es diferente de Krisna. Por eso, en vez de comer prasada, se debe venerar. Cuando se come prasada, no debe considerarse lo cocinado como preparaciones corrientes. Prasada significa gracia. Debe considerarse el prasada como una gracia de Krisna. Krisna es muy bondadoso. Todos, en este mundo material, nos sentimos atraídos a probar distintos tipos de comida. Es por eso que Krisna come muchas ricas variedades de alimentos, y las devuelve a Sus devotos; de ese modo, no sólo se satisfacen los deseos de degustar sabores variados, sino que comiendo prasada, uno avanza en la vida espiritual. Por eso, nunca debemos considerar la comida corriente como si estuviera a la misma altura del prasada.'' En otras palabras, si mientras comemos, pensamos que el prasada es una manifestación de la misericordia de Krisna, se considera que, en ese instante, hemos parado de comer; ahora nuestro comer se convirtió en una veneración. Así venerando a Krisna, que viene en forma de prasada, se complace a Krisna; y cuando Krisna está satisfecho, Su devoto también lo está. Este es el yoga auténtico, el que nos une al Señor Supremo. El simple hecho de ofrecer los alimentos nos hace conocedores de una enseñanza esencial de los Vedas: todo procede de Krisna, y todo debe serle otra vez ofrecido para Su complacencia. En conclusión, cada día, cuando cocine, hágalo para Krisna y ofrézcale los alimentos a Él. Pronto su hogar empezará a parecerse a un templo y usted estará en el buen camino, hacia Dios. Vegetarianismo y el movimiento Hare Krisna Vegetarianismo y el movimiento Hare Krisna EL bhakti-yoga, o la ciencia de la devoción a Krisna, ha sido fielmente transmitido de generación en generación para preservar la salud espiritual de la humanidad. La cultura védica considera que el que abastece los caprichos del cuerpo y de la mente, abandonando las necesidades del alma, está infectado de la enfermedad del materialismo. Al igual que los doctores recetan una medicina, o una dieta especial, para una enfermedad, los sabios védicos recomiendan el canto de los nombres sagrados de Krisna como la medicina para la enfermedad del materialismo, siendo el prasada la dieta. Está predicho en las escrituras védicas que este remedio para curar el sufrimiento humano llegará a todas las ciudades y pueblos del mundo. Ansioso de acelerar el cumplimiento de esta predicción, Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, siguiendo los pasos de sus grandes predecesores espirituales, dedicó su vida a la propagación de la conciencia de Krisna. En 1965, dejó la India para ir a los Estados Unidos y enseñar la conciencia de Krisna a los occidentales, según su maestro espiritual, Su Divina Gracia Bhaktisiddhanta Sarasvati, le había pedido varios años atrás.


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