El ENEAGRAMA,UN CAMBIA DE PERSONALIDAD
IDENTIFICACIÓN DEL TIPO DE PERSONALIDAD
Investigación
Julio Lira
Las grandes metáforas de todas las tradiciones espirituales
(gracia, liberación, renacimiento, despertar de la ilusión) testimonian que
puedo trascender el condicionamiento de mi pasado para hacer algo nuevo.
SAN KEEN
No llores; no te indignes. Comprende.
SPINOZA
EL ENEAGRAMA es una figura geométrica que representa los
nueve tipos de personalidad fundamentales de la naturaleza humana y sus
complejas interrelaciones. Es una descripción de la psicología moderna basada
en la sabiduría espiritual de muchas tradiciones antiguas diferentes. La
palabra enea-grama, del griego ennea, «nueve», y grammos, «figura», significa
«figura de nueve puntas».
El eneagrama moderno de los tipos de personalidad es una
síntesis de muchas y diferentes tradiciones espirituales y religiosas. En gran
parte es una condensación de la sabiduría universal, la filosofía perenne acumulada
durante miles de años por cristianos, budistas, musulmanes (especialmente los sufíes)
y judíos (en la Cábala). La esencia del eneagrama es el conocimiento universal
de que todos los seres humanos somos presencias espirituales encarnadas en el
mundo material y que misteriosamente compartimos la misma vida y el mismo
espíritu del Creador. Bajo las diferencias y apariencias superficiales, detrás
de las cortinas de la ilusión, la luz de la Divinidad brilla en cada persona.
Sin embargo, diversas fuerzas oscurecen la luz y cada tradición
espiritual tiene mitos y doctrinas para explicar las causas de que la humanidad
haya perdido su conexión con lo divino.
Uno de los grandes valores del eneagrama es que se mantiene
al margen de todas las diferencias doctrinales. Ha servido a personas de
prácticamente todos los principales credos religiosos para redescubrir su
unidad fundamental como seres espirituales.
El eneagrama tiene, por lo tanto,
un inmenso valor en el mundo actual, para enseñar a blancos y negros, hombres y
mujeres, católicos y protestantes, árabes y judíos, heterosexuales y
homosexuales, ricos y pobres, que si buscan más allá de las diferencias
superficiales que los separan encontrarán un plano totalmente nuevo de
humanidad común. Con la ayuda del eneagrama, vamos a descubrir que los tipos de
personalidad Seis son como todos los demás Seis, y comparten los mismos valores
con los demás de su tipo. Los negros tipo Uno son más parecidos a los blancos
tipo Uno de lo que se podría imaginar, etcétera. Surge entonces un nuevo grado
de comunidad y de compasión que hace desaparecer la ignorancia y el miedo.
Pero el eneagrama no es una religión; no se inmiscuye en la
orientación religiosa de la persona; no pretende ser un camino espiritual
completo. Sin embargo, se ocupa del único elemento que es fundamental a todos
los caminos espirituales: el conocimiento de uno mismo.
Sin conocernos a nosotros mismos no llegaremos muy lejos en
nuestro viaje espiritual ni seremos capaces de mantener ningún tipo de progreso
que hayamos hecho. Uno de los grandes peligros del trabajo de transformación es
que el ego intenta pasar por alto el trabajo psicológico profundo saltando
demasiado pronto a lo trascendente. Esto se debe a que el ego siempre se cree
que está mucho más «avanzado» de lo que está en realidad. ¿Cuántos novicios en
su primer año de noviciado se han convencido de que están casi listos para la
santidad?
¿Cuántos alumnos de meditación han tenido la seguridad de que
alcanzaron la iluminación en un tiempo récord?
El verdadero conocimiento de uno mismo es un guardián
valiosísimo contra ese engaño. El eneagrama nos lleva lejos (y hace posible el
verdadero progreso) porque comienza el trabajo a partir de donde estamos
realmente. Así como revela las alturas espirituales a las que somos capaces de
llegar, también arroja luz, con claridad y sin juicios, sobre los aspectos de
nuestra vida que están oscuros y permanecen aún sin liberar. Si queremos vivir
como seres espirituales en el mundo material, tenemos que explorar más esos
aspectos.
Los tres elementos básicos necesarios para el trabajo de
transformación son la presencia (presencia mental, percepción consciente), la
práctica de la autoobservación (adquirida del conocimiento de uno mismo) y la
comprensión de lo que se experimenta (interpretación correcta proporcionada por
un contexto mayor como una comunidad o sistema espiritual). El Ser aporta el
primero, tú aportas el segundo y el eneagrama aporta el tercero. Cuando se unen
estos tres elementos pueden ocurrir cosas con rapidez.
PRESENTACIÓN DE LOS NUEVE TIPOS
¿Qué ganamos con navegar hasta la Luna si no somos capaces
de cruzar el abismo que nos separa de nosotros mismos?
THOMAS MERTON
Si los hombres se conocieran, Dios los sanarla y los
perdonaría.
PASCAL
El trabajo con el eneagrama comienza cuando uno identifica
su tipo y empieza a comprender sus características dominantes.
Aunque reconoceremos en nosotros comportamientos de los
nueve tipos, nuestras características más determinantes están arraigadas en uno
de estos tipos. En la página 23 encontrarás un cuestionario, el TRIE
Riso-Hudson (Test Rápido de Identificación en el Eneagrama), que te servirá
para reducir las posibilidades y encontrar tu tipo básico, y al comienzo del
capítulo para cada tipo el cuestionario ITA Riso-Hudson (Identificador de Tipo según
Actitudes) te servirá para confirmar tus descubrimientos. Con la ayuda de estos
dos cuestionarios y las descripciones y ejercicios del capítulo para cada tipo
deberías poder descubrir tu tipo de personalidad con un elevado grado de
certeza.
Por ahora, lee los nombres de los nueve tipos y las breves
explicaciones para ver cuáles, dos o tres, te parecen más típicos de ti. Ten
presente que las características enumeradas aquí sólo son unos cuantos aspectos
destacables y no representan el espectro completo de cada tipo de personalidad.
Tipo Uno: El reformador. El tipo idealista de sólidos principios.
Las personas tipo Uno son éticas y concienzudas, poseen un fuerte sentido del
bien y el mal. Son profesores y cruzados, se esfuerzan siempre por mejorar las
cosas, pero temen cometer errores. Bien organizados, ordenados y meticulosos,
tratan de mantener valores elevados, pero pueden resultar críticos y perfeccionistas.
Normalmente tienen problemas de rabia e impaciencia reprimidas. En su mejor
aspecto, el Uno sano es sabio, perceptivo, realista y noble, a la vez que
moralmente heroico.
Tipo Dos: El ayudador. El tipo preocupado, orientado a los
demás. Los Dos son comprensivos, sinceros y bondadosos; son amistosos,
generosos y abnegados, pero también pueden ser sentimentales, aduladores y
obsequiosos. Desean intimar con los demás y suelen hacer cosas por ellos para
sentirse necesitados. Por lo general tienen problemas para cuidar de sí mismos
y reconocer sus propias necesidades. En su mejor aspecto, el Dos sano es
generoso, altruista y siente un amor incondicional por sí mismo y por los
demás.
Tipo Tres: El triunfador. El tipo adaptable y orientado al
éxito. Las personas tipo Tres son seguras de sí mismas, atractivas y
encantadoras. Ambiciosas, competentes y enérgicas, también pueden ser muy
conscientes de su posición y estar muy motivadas por el progreso personal.
Suelen preocuparse por su imagen y por lo que los demás piensan de ellas. Normalmente
tienen problemas de adicción al trabajo y de competitividad. En su mejor aspecto,
el Tres sano se acepta a sí mismo, es auténtico, es todo lo que aparenta ser,
un modelo que inspira a otras personas.
Tipo Cuatro: El individualista. El tipo romántico e introspectivo.
Los tipos Cuatro son conscientes de sí mismos, sensibles, reservados y callados.
Son demostrativos, sinceros y personales emocionalmente, pero también pueden
ser caprichosos y tímidos. Se ocultan de los demás porque se sienten
vulnerables o defectuosos, pero también pueden sentirse desdeñosos y ajenos a
las formas normales de vivir. Normalmente tienen problemas de autocomplacencia y
autocompasión. En su mejor aspecto, los tipos Cuatro sanos son inspirados y muy
creativos, capaces de renovarse y transformar sus experiencias.
Tipo Cinco: El investigador. El tipo vehemente y cerebral.
Los Cinco son despabilados, perspicaces y curiosos. Son capaces de concentrarse
y enfocar la atención en desarrollar ideas y habilidades complejas.
Independientes e innovadores, es posible que se obsesionen con sus pensamientos
y elaboraciones imaginarias. Se desligan de las cosas, pero son muy nerviosos y
vehementes. Por lo general tienen problemas de aislamiento, excentricidad y
nihilismo. En su mejor aspecto, el Cinco sano es pionero visionario, suele
estar en la vanguardia y es capaz de ver el mundo de un modo totalmente nuevo.
Tipo Seis: El leal. El tipo comprometido, orientado a la
seguridad. Las personas tipo Seis son dignas de confianza, trabajadoras y
responsables, pero también pueden adoptar una actitud defensiva, ser evasivas y
muy nerviosas; trabajan hasta estresarse al mismo tiempo que se quejan de ello.
Suelen ser cautelosas e indecisas, aunque también reactivas, desafiantes y rebeldes.
Normalmente tienen problemas de inseguridad y desconfianza. En su mejor
aspecto, los Seis sanos son estables interiormente, seguros de sí mismos,
independientes, y apoyan con valentía a los débiles e incapaces.
Tipo Siete: El entusiasta. El tipo productivo y ajetreado.
Los Siete son versátiles, optimistas y espontáneos; juguetones, animosos y
prácticos, también podrían abarcar demasiado, ser desorganizados e
indisciplinados. Constantemente buscan experiencias nuevas y estimulantes, pero
la actividad continuada los aturde y agota. Por lo general tienen problemas de superficialidad
e impulsividad. En su mejor aspecto, los Siete sanos centran sus dotes en
objetivos dignos, son alegres, muy capacitados y muy agradecidos.
Tipo Ocho: El desafiador. El tipo poderoso y dominante. Las
personas tipo Ocho son seguras de sí mismas, fuertes y capaces de imponerse.
Protectoras, ingeniosas y decididas, también resultan orgullosas y dominantes;
piensan que deben estar al mando de su entorno y suelen volverse retadoras e intimidadoras.
Normalmente tienen problemas para intimar con los demás.
En su mejor aspecto, los Ocho sanos se controlan, usan su
fuerza para mejorar la vida de otras personas, volviéndose heroicos, magnánimos
y a veces históricamente grandiosos.
Tipo Nueve: El pacificador. El tipo acomodadizo, humilde. Los
tipos Nueve son conformistas, confiados y estables. Son afables, bondadosos, se
acomodan con facilidad y ofrecen su apoyo, pero también pueden estar demasiado
dispuestos a transigir con los demás para mantener la paz. Desean que todo vaya
sobre ruedas, sin conflictos, pero tienden a ser complacientes y a minimizar
cualquier cosa inquietante. Normalmente tienen problemas de pasividad y
tozudez.
En su mejor aspecto, los Nueve sanos son indómitos y
abarcadores; son capaces de unir a las personas y solucionar conflictos.
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