La búsqueda del alma


   Aunque ha avanzado en la comprensión de las funciones del cuerpo físico, la ciencia moderna presta poca atención al análisis de la chispa espiritual que anima al cuerpo. En el artículo que ahora reproducimos, tomado de la Montreal Gazette, vemos que el cardiólogo mundialmente famoso Wilfred G. Bigelow, urge a que se haga una investigación sistemática, para determinar qué es el alma y de dónde proviene. A continuación del artículo, reproducimos una carta de Srila Prabhupada, que responde a la petición del Dr. Bigelow. Srila Prabhupada presenta sólidas pruebas védicas acerca de la ciencia del alma, y sugiere un método práctico para llegar al entendimiento científico de lo que es esta chispa espiritual que da vida al cuerpo y hace realidad la reencarnación.


La ciencia ignora que la vida proviene 
de la vida

Aunque los científicos trabajan diariamente con la energía inferior y superior, ignoran la existencia de estos dos tipos de energía. No podemos permanecer pasivos ante tal ignorancia que ha confundido al mundo. La energía material nunca puede trabajar independientemente. Para originarse debe ser a través de la acción de la energía espiritual, la energía superior. ¿Cómo puede entonces la gente creer que toda la gran manifestación cósmica, que es como una máquina cósmica hecha de materia, haya surgido automáticamente? Ninguna máquina o artefacto funciona a menos que alguien que la conozca apriete un botón y pueda operarla. ¿De que sirve un hermoso automóvil sin chofer que lo conduzca? Por lo tanto, quien es más importante ¿el operador o la máquina? Quien posee verdadero conocimiento no está demasiado pendiente de la máquina, sino del operador. El que maneja la máquina cósmica universal es el Señor Supremo, Krishna. Y lo hace indirectamente, a través de sus diferentes agencias e intermediarios, los  semidioses, desde Brahma, el ingeniero del universo, hasta los demás devatas o controladores particulares, de la lluvia, del fuego, del aire, la tierra, estrellas y planetas, y los demás elementos y departamentos que necesita el cosmos para su funcionamiento perfecto,

      ¿Cómo podemos saber que El, Dios, es el operador primordial del Todo y de todo cuanto existe como partes de esa Totalidad (purnam)? El Sri Isopanisad explica este aspecto filosófico de la totalidad cósmica, del Todo y sus partes (las jivas o entidades vivvientes) y Krishna también dice en el Bhagavad-gita: mayadhyaksena prakrtih suyate sacaracaram: "Toda esta manifestación cósmica está actuando bajo mi control."

  Sin embargo, a pesar de que en los Vedas  existe suficiente sustentación acerca del origen y la evolución cósmica, desde el punto de vista de  la trascendencia,  la mentalidad atea, escéptica, ignorante  y desvergonzada, niega el veredicto supremo, las conclusiones de las Escrituras Reveladas (sastras), y las palabras de los santos (mahatmas y sadhus). Quienes han alcanzado la perfección (siddhas) no contradicen la palabra suprema. Si alguien  niega que Krishna el supremo controlador, entonces tendrá que aceptar a otro controlador y deberá presentarlo. Pero eso no lo podrá hacer. Por lo tanto, ante la ausencia de pruebas autoritativas y fehacientes, debe aceptar la autoridad de los Vedas. Por eso el conocimiento védico debe ser respetado por todos como la sabiduría más superior. Esta es una argumentación lógica y conclusiva que demuestra sencillamente la presencia de Dios y la necesidad de aceptar la Verdad Absoluta y la exposición de Sus genuinos representantes. Nadie puede conocer a Dios sin la ayuda de un maestro o alma autorrealizada.

El mundo entero de la ciencia y la tecnología está basado en la falsa idea de que la vida nace de la materia. No podemos permitir que esa necia teoría pase sin oposición. La vida no proviene de la materia. La materia se genera de la vida. No es una teoría; es un hecho. La ciencia está basada en una teoría incorrecta; por lo tanto, todos sus cálculos y conclusiones están equivocados, y la gente está sufriendo debido a eso. Cuando todas esas erróneas teorías científicas modernas se corrijan, la gente se volverá feliz. Así que debemos desafiar a los científicos y vencerlos. De los contrario descarriarán a toda la sociedad."

       Los Vedas enseñan que la vida consciente es original, fundamental y eterna. A pesar de los grandes avances de la ciencia experimental y la tecnología, no se ha podido lograr realmente el verdadero objetivo de la vida humana y existe en todas partes muchas crisis y sufrimientos. De allí el creciente interés de los pensadores modernos acerca de las enseñanzas del Bhagavad-gita y otras fuentes de la Literatura Védica. En el Gita, Sri Krishna le dice a Arjuna (10.8):

"Yo soy la fuente de todos los mundos materiales y espirituales. Todo emana de Mí. Los sabios que saben esto perfectamente, se dedican a Mi servicio devocional y Me adoran con toda su corazón."

"Hay cuatro estados de conciencia posibles para el    (hombre)
El hombre puede tener chispazos de conciencia objetiva y recordarlos. 
"El cuarto estado de conciencia representa un estado totalmente diferente del anterior; es el  resultado de un crecimiento interior y de un largo y difícil trabajo sobre sí. 
"Sin embargo, el tercer estado de conciencia constituye el derecho natural del hombre tal cual es, y si el hombre no lo posee, es únicamente porque sus condiciones de vida son anormales. 
Puede decirse, sin exagerar nada, que en la época actual, el tercer estado de conciencia no aparece en el hombre sino sólo por chispazos muy breves y muy raros, y que este estado no puede convertirse en algo más o menos permanente sino por medio de un entrenamiento especial. 
"Para la gran mayoría de las personas, aun las cultas e intelectuales, el principal obstáculo en el camino para adquirir conciencia de sí es que creen que ya la poseen; en otras palabras, están totalmente convencidas de tener ya conciencia de sí mismas y de poseer todo lo que acompaña a este estado: individualidad en el sentido de un «Yo» permanente e inmutable, voluntad, capacidad para hacer, y así sucesivamente. Por tanto, es evidente que un hombre no se interesará por adquirir, a través de un trabajo largo y difícil, algo que en su opinión ya posee. Por el contrario, si se lo dice, pensará que usted está loco o que intenta explotar su credulidad para un provecho personal. 
"Los dos estados superiores de conciencia — «la conciencia de sí» y «la conciencia objetiva» están ligados al funcionamiento de los centros superiores del hombre. 
"Además de aquellos centros de los cuales hemos hablado, hay en el hombre otros dos centros, el «centro emocional superior» y el «centro intelectual superior». Estos centros están en nosotros; están plenamente desarrollados y trabajan todo el tiempo, pero su trabajo nunca llega a nuestra conciencia ordinaria. La razón debe buscarse en las propiedades especiales de nuestra pretendida «conciencia lúcida». 
"Para comprender la diferencia entre estados de conciencia, tenemos que regresar al primero, que es el sueño. Este es un estado de conciencia completamente subjetivo. Un hombre está sumergido en sus sueños, no importa si los recuerda o no. Aun si al dormido le llegan algunas impresiones reales, tales como sonidos, voces, calor, frío, sensaciones de su propio cuerpo, no suscitan en él sino fantásticas imágenes subjetivas. Luego el hombre se despierta. A primera vista éste es un estado de conciencia completamente diferente. Puede moverse, hablar con otras personas, hacer proyectos, ver peligros, evitarlos y así sucesivamente. Parece lógico pensar que se encuentra en una situación mejor que cuando estaba dormido. Pero, si profundizamos un poco más las cosas, si echamos una mirada dentro de su mundo interior, dentro de sus pensamientos, dentro de las causas de sus acciones, comprenderemos que está casi en el mismo estado que cuando estaba dormido. Y es peor aún, porque en el sueño él es pasivo, esto es, no puede hacer nada. Por el contrario, en el estado de vigilia, puede hacer algo todo el tiempo y los resultados de sus acciones repercutirán sobre él y sobre lo que lo rodea. Y, sin embargo, no se recuerda a sí mismo. Es una máquina, todo le sucede. No puede detener el Unjo de sus pensamientos, no puede controlar su imaginación, sus emociones, su atención. 
Vive en un mundo subjetivo de «quiero», «no quiero», «me gusta», «no me gusta», «tengo ganas», «no tengo ganas», esto es, un mundo hecho de lo que él cree que le gusta o no le gusta, de lo que él cree que desea o no desea. No ve el mundo real. El mundo real le está oculto por el muro de su imaginación. Vive en el sueño. Duerme. Y lo que él llama su «conciencia lúcida» no es sino sueño — y un sueño mucho más peligroso que su sueño de la noche, en su cama. 


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