El Upadeśāmṛta
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada
TEXTO UNO
vāco vegaṁ manasaḥ krodha-vegaṁ
jihvā-vegam udaropastha-vegam
etān vegān yo viṣaheta dhīraḥ
sarvām apīmāṁ pṛthivīṁ sa śiṣyāt
Palabra por palabra:
vācaḥ — del habla; vegam — impulso; manasaḥ — de la mente;
krodha — de la ira; vegam — impulso; jihvā — de la lengua; vegam — impulso;
udara-upastha — del estómago y del órgano genital; vegam — impulso; etān —
estos; vegān — impulsos; yaḥ — quienquiera que; viṣaheta — pueda tolerar; dhīraḥ
— ecuánime; sarvam — todo;api — ciertamente; imam — este; pṛthivīm — mundo; saḥ
— esa personalidad; śiṣyāt — puede hacer discípulos.
Traducción:
La persona ecuánime que puede tolerar el impulso de hablar,
las exigencias de la mente, la influencia de la ira, y los impulsos de la
lengua, el estómago y el órgano genital, está capacitado para hacer discípulos
en todo el mundo.
Significado:
En El Śrīmad-Bhāgavatam (6..9-0), Parīkṣit Mahārāja hizo a
Śukadeva Gosvāmī una serie de preguntas inteligentes.
Una de estas preguntas
era: “¿Por qué la gente se somete a la expiación si no puede controlar sus
sentidos?”. Por ejemplo, puede que un ladrón conozca perfectamente bien la
posibilidad de ser arrestado por robar, y puede que incluso vea a la policía
arrestando a otro ladrón, y sin embargo continuará robando. Se adquiere
experiencia oyendo y viendo.
Alguien que es poco inteligente adquiere
experiencia viendo, y aquel que es más inteligente adquiere experiencia oyendo.
La persona inteligente se abstiene de robar al oír de los libros de leyes y de
los śāstras, o Escrituras, que no es bueno robar, y al escuchar que el ladrón
es castigado cuando se le arresta.
La persona menos inteligente quizá primero
tenga que ser arrestada y castigada por haber robado, para que aprenda a dejar
de robar.
Sin embargo el pícaro, el hombre necio, quizá tenga la experiencia de
haber visto y oído, y puede que hasta haya sido castigado, pero aun así
continuará robando.
Aunque esa persona expíe y reciba el castigo del gobierno,
robará de nuevo tan pronto como salga de la cárcel. Si se considera que el
castigo de la cárcel es un tipo de expiación, entonces, ¿de qué sirve esa
expiación? Por ello, Parīkṣit Mahārāja preguntó:
dṛṣṭa-śrutābhyāṁ yat pāpaṁ
jānann apy ātmano 'hitam
karoti bhūyo vivaśaḥ
prāyaścittam atho katham
kvacin nivartate 'bhadrāt
kvacic carati tat punaḥ
prāyaścittam atho 'pārthaṁ
manye kuñjara-śaucavat
De los diez tipos de ofensas que se pueden cometer al cantar el santo nombre, esta ofensa es denominada nāmno balād yasya hi pāpa-buddhiḥ: incurrir en actividades pecaminosas fundándose en el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.
En forma similar, ciertos cristianos van a la iglesia para confesar sus pecados, pensando que al confesar sus pecados ante el sacerdote y ejecutar alguna penitencia, se liberarán del resultado de sus pecados semanales.
Tan pronto como se termina el sábado y llega el domingo, ellos reinician sus actividades pecaminosas esperando ser perdonados el siguiente sábado.
Parīkṣit Mahārāja, el rey más inteligente de su época, condena este tipo de prāyaścitta, o expiación. Śukadeva Gosvāmī, siendo igualmente inteligente, tal como corresponde al maestro espiritual de Mahārāja Parīkṣit, le contestó y le confirmó al Rey que su afirmación relativa a la expiación era correcta. No es posible contrarrestar una actividad pecaminosa con una actividad piadosa. Por eso el verdadero prāyaścitta, o expiación, consiste en despertar nuestra conciencia de Kṛṣṇa latente.
La verdadera expiación implica progresar hasta alcanzar el verdadero conocimiento, y para lograrlo hay un proceso autorizado. Cuando alguien sigue un proceso regulado de higiene no se enferma. El ser humano debe ser entrenado conforme a ciertos principios que revivan su conocimiento original.
A esa vida metódica se le denomina tapasya.
Uno puede elevarse gradualmente a la altura del verdadero conocimiento, o conciencia de Kṛṣṇa, por practicar la austeridad y el celibato (brahmacarya), por controlar la mente, por controlar los sentidos, por abandonar las posesiones propias, dándolas como caridad, por ser declaradamente veraz, por mantenerse limpio, y por practicar los yoga-āsanas.
Sin embargo, si alguien es lo suficientemente afortunado como para asociarse con un devoto puro, podrá sobrepasar fácilmente todas las prácticas de control de la mente, ejecutadas con el proceso místico de yoga, simplemente por seguir los principios regulativos del sendero de conciencia de Kṛṣṇa - absteniéndose de la vida sexual ilícita, de comer carne, de drogarse o embriagarse, y de los juegos de azar- y dedicarse a servir al Señor Supremo bajo la dirección del maestro espiritual genuino. Śrīla Rūpa Gosvāmī recomienda este sencillo proceso.
Uno primero debe controlar la facultad del habla.
Todos
nosotros tenemos la facultad del habla; tan pronto como se nos presenta una
oportunidad comenzamos a hablar.
Si no hablamos acerca del cultivo de
conciencia de Kṛṣṇa, hablaremos todo tipo de disparates. El sapo del campo
habla croando, y en forma similar, todo aquel que tiene una lengua quiere
hablar, aunque todo lo que tenga que decir sean disparates.
Sin embargo, el
croar del sapo únicamente invita a la serpiente:
“Por favor ven aquí y cómeme”.
No obstante, aunque el sapo está invitando a la muerte, continúa croando.
Las
conversaciones de los hombres materialistas y de los filósofos impersonalistas
māyāvādīs pueden ser comparadas con el croar de las ranas.
Ellos siempre están
hablando disparates, invitando así a que la muerte los atrape.
Sin embargo,
controlar el habla no significa el silencio autoimpuesto (el proceso externo de
mauna), tal como lo creen los filósofos māyāvādīs.
Puede que el silencio
parezca provechoso durante algún tiempo, pero finalmente resultará ser un
fracaso.
El significado que Śrīla Rūpa Gosvāmī quiere dar al término de “habla
controlada” aboga por el proceso positivo de kṛṣṇa-kathā: el ocupar el habla
en glorificar al Señor Supremo, Śrī Kṛṣṇa.
La lengua puede glorificar así el
nombre, la forma, las cualidades y los pasatiempos del Señor. El predicador del
kṛṣṇa-kathā siempre se encuentra fuera de las garras de la muerte. He ahí la
importancia de controlar el impulso de hablar.
Se puede controlar la inquietud o la inconstancia de la
mente (mano-vega), cuando uno la fija en los pies de loto de Kṛṣṇa.
El
Caitanya-caritāmṛta (Madhya 22.3 dice:
kṛṣṇa - sūrya-sama; māyā haya andhakāra
yāhāṅ kṛṣṇa, tāhāṅ nāhi māyāra adhikāra
Kṛṣṇa es igual al Sol, y māyā es igual a la oscuridad. Si
el Sol está presente no es posible que haya oscuridad. En forma similar, si Kṛṣṇa
se encuentra presente en la mente, no hay posibilidad de que la mente se agite
debido a la influencia de māyā. De nada servirá el proceso yóguico de negar
todos los pensamientos materiales. Es artificial tratar de crear un vacío en la
mente. El vacío no permanecerá. Sin embargo, la mente quedará controlada en
forma natural si uno siempre piensa en Kṛṣṇa, y en cómo servir mejor a Kṛṣṇa.
No podemos detener totalmente la ira, pero habremos controlado nuestra ira a través del proceso de conciencia de Kṛṣṇa si sólo nos enojamos con los que blasfeman en contra del Señor o en contra de los devotos del Señor.
El Señor Caitanya Mahāprabhu se enojó con los hermanos herejes Jagāi y Mādhāi, quienes blasfemaron en contra de Nityānanda Prabhu y lo golpearon. En su Śikṣāṣṭaka, El Señor Caitanya escribió, tṛṇād api sunīcena taror api sahiṣṇunā: “Uno de be ser más humilde que el pasto y más tolerante que el árbol”.
Tal vez uno se pregunte entonces por qué el Señor manifestó su ira.
El punto es que uno debe estar dispuesto a tolerar todos los insultos que reciba, pero cuando se blasfema en contra de Kṛṣṇa o en contra de Su devoto puro, el devoto genuino se enoja y reacciona con los ofensores como si fuese fuego.
No es posible detener la ira, o krodha, pero ésta puede ser aplicada correctamente.
Fue cuando estaba iracundo que Hanumān incendió Laṅkā, pero él es adorado como el mejor devoto del Señor Rāmacandra.
Esto significa que utilizó su ira en la forma correcta. Arjuna nos sirve como otro ejemplo. Él no quería pelear, pero Kṛṣṇa incitó su ira: “¡Debes pelear!”. No es posible pelear sin estar iracundo. Sin embargo, la ira queda controlada cuando es utilizada en el servicio del Señor.
En lo relativo a los impulsos de la lengua, todos
experimentamos que la lengua quiere comer platos sabrosos. Generalmente no
debemos permitir que la lengua coma lo que quiera, sino que debemos controlarla
dándoleprasāda.
La actitud del devoto es la de comer únicamente cuando Kṛṣṇa
le dé prasāda.
Ésta es la forma de controlar el impulso de la lengua. Uno debe
tomar prasāda a horas fijas, y no debe comer en restaurantes ni dulcerías sólo
para satisfacer los caprichos de la lengua o del estómago.
Si nos aferramos al
principio de únicamente comer prasāda, será posible controlar los impulsos del
estómago y de la lengua.
De manera similar, es posible controlar los impulsos del
órgano genital, el impulso sexual, si no se usa innecesariamente.
El órgano
genital debe usarse para procrear un niño consciente de Kṛṣṇa, de lo contrario
no debe usarse.
El movimiento de conciencia de Kṛṣṇa fomenta el matrimonio
para procrear niños conscientes de Kṛṣṇa, y no para satisfacer el órgano
genital.
Tan pronto como los niños han crecido un poco, son enviados a nuestras
escuelas Gurukula ubicadas en todo el mundo, donde se les educa para que se
conviertan en devotos plenamente conscientes de Kṛṣṇa.
Son necesarios muchos
de esos niños conscientes de Kṛṣṇa, y aquel que es capaz de procrear hijos
conscientes de Kṛṣṇa, recibe permiso para utilizar su órgano genital.
Cuando alguien es un experto consumado en los métodos para
controlarse que ofrece el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, puede quedar
capacitado para ser un maestro espiritual genuino.
En su explicación Anuvṛtti del Upadeśāmṛta, Śrīla
Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura escribe que nuestra identificación con lo
material crea tres tipos de impulsos: el impulso de hablar, el impulso o
exigencias de la mente, y las exigencias del cuerpo.
La vida de la entidad
viviente se torna desfavorable cuando cae víctima de estos tres tipos de
impulsos.
Alguien que practica resistir estas exigencias o impulsos es llamado
un tapasvī, o sea uno que practica austeridades. Gracias a esa tapasya se puede
dejar de ser una víctima de la energía material, la potencia externa de la
Suprema Personalidad de Dios.
Cuando mencionamos el impulso de hablar nos referimos a las
pláticas inútiles, tales como las de filósofos impersonales māyāvādī, o las de
personas ocupadas en actividades fruitivas (técnicamente llamadas karma-kāṇḍa),
o las de personas materialistas que sólo quieren disfrutar de la vida sin
ninguna restricción.
Todas esas pláticas o publicaciones son exhibiciones
prácticas del impulso de hablar. Mucha gente está hablando tonterías y
escribiendo volúmenes de libros inútiles, y todo esto es el resultado del
impulso de hablar.
Para contrarrestar esta tendencia debemos encauzar nuestras
pláticas hacia el tema de Kṛṣṇa. Esto se explica en El Śrīmad-Bhāgavatam
(1.5.10-11):
na yad vacaś citra-padaṁ harer yaśo
jagat-pavitraṁ pragṛṇīta karhicit
tad vāyasaṁ tīrtham uśanti mānasā
na yatra haṁsā niramanty uśikkṣayāḥ
“Las personas santas consideran como un lugar de
peregrinación para los cuervos, a aquellas palabras que no describen las
glorias del Señor, quien es el único que puede santificar la atmósfera de todo
el universo. Las personas completamente perfectas no sienten ningún placer
allí, pues son habitantes de la morada trascendental”.
tad-vāg-visargo janatāgha-viplavo
yasmin prati-ślokam abaddhavaty api
nāmāny anantasya yaśo 'ṅkitani yat
ṣṛṇvanti gāyanti gṛṇanti sādhavaḥ
“Por otro lado, la literatura que está colmada de
descripciones sobre las glorias trascendentales del nombre, la fama, las
formas, los pasatiempos, etc., del ilimitado Señor Supremo, constituye una
creación diferente, llena de palabras trascendentales encaminadas a ocasionar
una revolución en la vida impía de la errada civilización de este mundo. Tales
obras literarias trascendentales, aunque estén compuestas de manera imperfecta,
son oídas, cantadas y aceptadas por los hombres purificados que son
completamente honestos”.
La conclusión es que sólo podemos abstenernos de las pláticas
inútiles y disparatadas cuando hablamos acerca del servicio devocional a la
Suprema Personalidad de Dios.
Siempre debemos esforzarnos por utilizar nuestra
facultad del habla con el propósito exclusivo de iluminarnos con conciencia de
Kṛṣṇa.En lo concerniente a las agitaciones de la mente fluctuante, éstas son
divididas en dos categorías.
La primera se llama avirodha-prīti, o sea un apego
sin restricción, y la otra se llama viroda-yukta-krodha, la ira que surge de la
frustración. Se llama aviroda-prīti a la adherencia a la filosofía de los
māyāvādīs, a la creencia en los resultados fruitivos de los karma-vādīs, y a la
creencia en los planes que se basan en deseos materialistas.
Los jñānīs, los
karmīs, y los planificadores materialistas generalmente atraen la atención de
las almas condicionadas, pero los materialistas se enojan cuando no pueden
realizar sus planes, y cuando sus ardides quedan frustrados.
La frustración de
los deseos materiales produce la ira.
En forma similar, las exigencias del cuerpo pueden ser
divididas en tres categorías: las exigencias de la lengua, del estómago y del
órgano genital.
Se puede observar que estos tres sentidos están situados
físicamente en una línea recta en el cuerpo, y que las exigencias corporales
comienzan con la lengua. Si uno puede restringir las exigencias de la lengua,
limitando las actividades de ésta al proceso de comer prasada, entonces podrán
controlarse automáticamente los impulsos del estómago y del órgano genital. En
relación con esto Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura dice:
śarīra avidyā-jāla, jaḍendrya tāhe kāla,
jīve phele viṣaya-sāgare
tā'ra madhye jihvā ati, lobhamaya sudurmati,
tā'ke jetā kaṭhina saṁsāre
kṛṣṇa baḍa dayāmaya, karibāre jihvā jaya,
sva-prasāda-anna dila bhāI
sei annāmṛta khāo, rādhā-kṛṣṇa-guṇa gāo,
preme ḍāka caitanya-nitāi
“¡Oh, Señor! Este cuerpo material es una masa de ignorancia,
y los sentidos son una red de caminos que conducen a la muerte. De una u otra
manera hemos caído en el océano del goce material de los sentidos, y la lengua
es el más voraz e incontrolable de todos los sentidos.
En este mundo es muy
difícil conquistar la lengua. Pero tú, querido Kṛṣṇa, eres muy bondadoso con
nosotros.
Tú has enviado este excelente prasāda para ayudarnos a conquistar la
lengua.
Tomemos pues este prasāda a nuestra entera satisfacción y glorifiquemos
a Vuestra Señorías Śrī Śrī Rādhā y Kṛṣṇa, y amorosamente invoquemos la ayuda
del Señor Caitanya y de Prabhu Nityānanda”.
Hay seis tipos de rasas (sabores), y
si uno se siente agitado por cualquiera de ellos, queda controlado por los
impulsos de la lengua.
Algunas personas sienten atracción por comer carne,
pescado, cangrejos, huevos, y otras cosas producidas a partir del semen y la
sangre, y que se comen en la forma de cuerpos muertos. Otras sienten atracción
por comer verduras, legumbres, espinaca o productos lácteos, pero hacen todo
esto para satisfacer las exigencias de la lengua.
Las personas conscientes de
Kṛṣṇa deben dejar de comer cosas para complacer los sentidos - incluyendo el
uso excesivo de especias tales como el chile y el tamarindo.
Para satisfacer
exigencias ilícitas se recurre al uso del pan, haritaki, areca, diversas
especias usadas para hacer el pan, el tabaco, el LSD, la marihuana, el opio, el
licor, el café y el té. Si podemos acostumbrarnos a tomar únicamente los
remanentes del alimento ofrecido a Kṛṣṇa, podremos dejar de ser víctimas de
māyā.
Las verduras, los granos, las frutas, los productos lácteos y el agua,
son alimentos adecuados para ofrecer al Señor, tal como el Señor Kṛṣṇa Mismo
lo prescribe.
Sin embargo, si alguien tomaprasāda sólo porque es sabroso, y en
consecuencia come demasiado, también cae víctima de tratar de satisfacer las
exigencias de la lengua.
Śrī Caitanya Mahāprabhu nos enseñó a evitar los platos
muy sabrosos, incluso al estar comiendo prasāda.
Si ofrecemos platos sabrosos a
la Deidad con la intención de comernos ese alimento tan excelente, quedaremos
comprometidos en tratar de satisfacer las exigencias de la lengua. Si aceptamos
la invitación de un hombre rico con la idea de recibir alimentos sabrosos,
estaremos también tratando de satisfacer las exigencias de la lengua.
En el
Caitanya- caritāmṛta (Antya 6.227) se afirma:
jihvāra lālase yei iti-uti dhāya
sisnodara-parāyaṇa kṛṣṇa nāhi pāya
“La persona que corre de aquí para allá buscando complacer
el paladar, y que siempre está apegada a los deseos del estómago y del órgano
genital, es incapaz de alcanzar a Kṛṣṇa”.
Como se dijo antes, la lengua, el estómago y el órgano
genital están todos situados en una línea recta, y todos caen dentro de la
misma categoría. El Señor Caitanya ha dicho, bhāla nā khāibe āra bhāla nā
paribe: “No te vistas lujosamente ni comas alimentos deliciosos”. (Cc. Antya
6.236)
Por lo menos de acuerdo con este análisis, aquellos que
padecen de enfermedades estomacales deben ser incapaces de controlar los
impulsos del estómago.
Cuando deseamos comer más de lo necesario, creamos
automáticamente muchos inconvenientes en la vida. Sin embargo, si observamos
los días de ayuno tales como el Ekādaśī y el Janmāṣṭamī, podremos refrenar las
exigencias del estómago.
En lo relativo a los impulsos del órgano genital, hay de dos
clases: el correcto y el incorrecto, o sea la vida sexual legal y la ilícita.
Cuando el hombre ha madurado completamente, puede casarse conforme a las reglas
y regulaciones de los śāstras, y usar el órgano genital para procrear niños
hermosos. Esto es legal y religioso.
De lo contrario, puede que adopte muchos
medios artificiales para satisfacer las exigencias del órgano genital, y quizá
lo haga sin restricción alguna.
Uno queda capturado en las garras de māyā
cuando se entrega a la vida sexual ilícita, tal como la definen los śāstras, ya
sea pensando, planeando, hablando acerca de ello, o de hecho teniendo una
relación sexual, o satisfaciendo el órgano genital por medios artificiales.
Estas instrucciones no son sólo para los casados sino también para los tyāgīs,
o sea aquellos que están en la orden de vida renunciante.
En su libro
Prema-vivarta, Capítulo Siete, Śrī
Jagadānanda Paṇḍita dice:
vairāgī bhāi grāmya-kathā nā śunibe kāne
grāmya-vārtā nā kahibe yabe milibe āne
svapane o nā kara bhāi strī-sambhāṣaṇa
gṛhe strī chāḍiyā bhāi āsiyācha vana
yadi cāha praṇaya rākhite gaurāṅgera sane
choṭa haridāsera kathā thāke yena mane
bhāla nā khāibe āra bhāla nā paribe
hṛdayete rādhā-kṛṣṇa sarvadā sevibe
“Mi querido hermano, te encuentras en la orden de vida
renunciante y no debes escuchar las pláticas acerca de cosas mundanas y
ordinarias, ni debes hablar de cosas mundanas cuando te encuentres con otros.
No pienses en mujeres, ni siquiera en sueños. Has adoptado la orden de vida
renunciante con un voto que te prohibe asociarte con mujeres. Si deseas
asociarte con Caitanya Mahāprabhu, siempre debes recordar el incidente de Choṭa
Haridāsa, y cómo él fue rechazado por el Señor.
No comas platos suntuosos ni te
vistas con prendas finas, sino que permanece siempre humilde y sirve a Sus
Señorías Śrī Śrī Rādhā-Kṛṣṇa en lo más recóndito de tu corazón”.
Comentarios
Publicar un comentario